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EL ZOT DEL HILO ROJO

El Zot del Hilo Rojo. ¡Las miradas matan! 

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Cuando empecé a estudiar Kabbalah, una de las primeras cosas que noté fue que varias personas tenían un hilo rojo en su mano izquierda. Al inicio pensé que era algo hippie y luego me daba pena preguntar por qué usaban ese hilo a veces hasta desgastado en sus manos. ¡Y encontré que muchos actores y celebridades de Hollywood también llevaban puesta una pulsera de lana color rojo! 

Se dice que estas pulseras alejan las malas energías y la envidia, que puedan tener las personas hacia nosotros provocadas por sus miradas. 

¿Qué tecnología tiene este simple amuleto y de qué está hecho?

Según los historiadores, los ojos han sido ligados a todo tipo de comportamiento rencoroso y malas consecuencias, frecuentemente mencionados como el mal de ojo. En el antiguo Egipto, el maquillaje para los ojos y el lápiz labial se usaban con el mismo propósito: hacer rebotar las miradas negativas y envidiosas.

Los griegos a menudo pintaban un ojo cerca de la proa de sus embarcaciones de guerra para alejar el mal de ojo, y los guerreros antiguos alguna vez adornaban sus cascos y escudos con ornamentos centelleantes para neutralizar las fuerzas malignas que emanaba de los ojos del ejército contrario.

Esto hace referencia a una poderosa energía negativa que circula constantemente en la vida diaria: la envidia. Aquella que despierta sentimientos de ira y resentimiento en tantas personas cuando estas son comparadas con el éxito o la buena suerte de otras personas. Esto puede suceder tanto consciente como inconscientemente a través de una simple mirada.

¡Oh envidia, raíz de infinitos males y carcoma de las virtudes!

Miguel de Cervantes.

El mal de ojo se refiere a la corriente visual que fluye desde el ojo de una persona por una mirada codiciosa o rencorosa. Suelen ir acompañadas con palabras llenas de elogios bien o mal intencionadas, e impedir que la persona logre desarrollar todo su potencial en cada área de su vida debido a esas malas intenciones.

Hace mucho tiempo, la Kabbalah, reconoció la necesidad de protección contra las repercusiones de un corazón celoso y un ojo envidioso. Los kabbalistas nos dicen que el lino, por ejemplo, es equivalente a la fuerza del, juicio. La lana representa la piedad. El color blanco simboliza la energía de la piedad, mientras que el rojo la renuencia del juicio. Al teñir de rojo (juicio) la lana blanca (piedad), creamos físicamente el alambrado que convierte el juicio en piedad o la oscuridad en Luz.

En realidad, el hilo es blanco, no rojo, pero el color rojo se usa para atraer e interceptar todas las fuerzas de juicio que provienen del Mal de Ojo, ligándose al hilo. Entonces el hilo de lana blanca transformada convierte el juicio en piedad, y recibimos nuestra protección. Todos tenemos la capacidad de proyectar el mal de ojo. 

El Hilo Rojo nos permite no sólo eliminar las influencias negativas, sino también transformar estos influjos en su contrario espiritual. De esta manera, la energía del Mal de Ojo puede cambiar y pasar de ser un canal de negatividad a una forma de energía profundamente curativa. Así es como opera el hilo.

He aquí una ley universal:  Tus propias acciones y comportamientos negativos no pueden regresar para juzgarte.  Entonces, ¿cómo es que podemos atraer juicio a nuestra vida? La Torá nos enseña que el mundo está organizado estratégicamente para que todas las personas de nuestra vida ya sean amigos, familiares y extraños compartan acciones iguales a las nuestras. Esto funciona como una película: Los rasgos negativos de otras personas aparecen en el transcurso de nuestra vida y en el momento que dedicamos juzgar a esas personas por esas acciones, lo habremos hecho en contra de nosotros mismos. Causando un veredicto de culpabilidad y así, estará hecho el mal de ojo. Entonces su medicina sería abstenerse de criticar y juzgar a los demás.

Pero no es tan simple, ¿puede realmente el poder de la protección espiritual ser transmitido a través de una simple hebra de lana, teñida de rojo, usada en la muñeca izquierda 24 horas al día, 7 días a la semana?

De acuerdo con la Kabbalah, dos fuerzas contrarias llamadas “Piedad y Juicio” impregnan al mundo. De acuerdo con El Zohar, el mundo “gira con juicio y gira con piedad.” El dolor sobreviene cuando hay demasiado juicio en nuestra vida y no suficiente piedad. Cuando combinamos las dos, el juicio se convierte automáticamente en piedad, pues la piedad es la única realidad verdadera:

Todo en este mundo es un reflejo ya sea de la fuerza de la piedad o de la fuerza del juicio. Por ejemplo; los glóbulos blancos del cuerpo corresponden a la piedad. Constituyen nuestro sistema inmunológico y nos protegen de las enfermedades (Juicio). Combaten infecciones, crean anticuerpos para atacar a los invasores y proporcionan cuidados de emergencia para las heridas por medio de la coagulación. Los glóbulos rojos, por otra parte, corresponden a la fuerza del juicio. Si una persona se corta, se derramará sangre roja (juicio). Los glóbulos blancos responden entonces con la coagulación (piedad) para detener el sangrado.

Pero retrocedamos un poco más y vayamos más profundo. Un poco de Historia…

 “La suerte de la fea, la bonita la desea”

Las esposas de Yaakov, fueron Rajel y Leah. Está escrito que los ojos de Leah estaban rasgados y el motivo era, debido a que Leah lloraba mucho. Su llanto tenía como causa, el hecho de que consideraba que ella, por ser la mayor, se casaría con Esav el hijo mayor de Yitzjak. Mientras que Rajel, la hermana menor, se casaría con Yaakov el hermano de Esav. Por ello, Leah lloraba en sus rezos, pidiendo a Dios no caer en las manos de Esav…

Yaakov se enamoró de Rajel, pero para casarse con ella primero se tuvo que casar con Leah, y esta es la manera en que la Torá nos explica que Dios escuchó las súplicas de Leah.

Rajel falleció muy joven, cuando dio a luz a su segundo hijo Binyamín; falleció y fue enterrada en el camino entre Jerusalén y Belén, en la tierra de Israel. En cambio, Leah, tuvo una larga vida. Como dice la frase: “La suerte de la fea, la bonita la desea”, pues generalmente las muchachas más bonitas y populares en la escuela no son las más felices y exitosas en la vida. ¿Por qué? ¡No lo sé! Pero es posible que esto se deba al mal de ojo.

Rajel personificó la envidia por desear la vida que tenía su hermana con el hombre que ella amaba y por loco que parezca Rajel misma desarrolló el antídoto contra ese mal de ojo. Pero tuvo que pagar un gran precio, pues incluso en el momento de su muerte y a pesar de figurar como madre de dos de los hijos de Yaakov, nunca logró hacer su reparación y por ello su cuerpo quedó enterrado a la orilla de una carretera, en vez de ser enterrada en la tumba de los patriarcas.

Los kabbalistas nos enseñan que al buscar la Luz en las historias de personas como Rajel, podemos utilizar su poderosa influencia para que nos ayude a trascender aquello que ellos no pudieron, pero que nos dejan grandes revelaciones. Rajel representa el mundo físico en el que vivimos y el deseo egoísta que nos consume y que incluso nos lleva a la muerte.

El hilo se anuda en la muñeca izquierda porque el brazo y la mano zurda corresponden al concepto de recibir, mientras que el brazo y la mano derecha personalizan la fuerza de dar. Por consiguiente, las fuerzas negativas dirigidas hacia nosotros entran en nuestro sistema corporal a través del lado izquierdo. Al usar el hilo en la muñeca izquierda, interceptamos, desactivamos y transformamos cualquier fuerza negativa en la puerta principal, su punto exacto de entrada.

El hilo o lana roja, debe atarse con 7 nudos y mientras hacemos cada uno de los nudos, debemos de recitar la oración de Aná Bejóaj que cuenta con siete líneas, correspondientes a cada uno de los días de la semana y las 7 Sefirot correspondientes. Al terminar de hacer los 7 nudos, la persona que nos ata el hilo recita la Oración de Ben Porat, sellando así la poderosa energía protectora dentro del hilo y de esta forma interceptará influencias negativas.

Es aconsejable que la persona que nos ponga el hilo sea alguien en quien confiemos, respetemos e idealmente amemos o tengamos una conexión especial.

Antes de iniciar el ritual, tomamos el hilo rojo en nuestras manos y enfocamos nuestra atención e intención en lo que queremos atraer a nuestra vida, prometiendo que haremos lo posible para contenernos de tener pensamientos negativos y de no hablar mal de otras personas.

El hilo rojo es una tecnología que nos une al Árbol de la Vida…

El Rabino y Dr. Yeshayahu Rubinstein, trabajó en una investigación del ADN y descubrió que en Él se encuentra la firma de quién lo creó. Sumergido en su estudio observó que el ADN tiene dos hélices helicoidales, que se cruzan como partes de los cromosomas en el núcleo de todas las células. Estas hélices nunca se separan gracias a los puentes de sulfuro que las unen, impidiendo que se abran pues de otra forma la célula explotaría.

La progresión se calculó así: cada 10 ácidos, cada 5 ácidos, cada 6 ácidos y cada 5 ácidos. Y concluyó que, al tomar esta sucesión numérica infinita en hebreo, equivale a las letras que forman el nombre sagrado del Creador y su correspondiente valor de 26 en el ADN.

10 =(י)  

5 = (ה)

6 = (ו)

5 = (ה)

10 + 5 + 6 + 5 = 26

También, representa la suma de los valores de las Sefirot del Árbol de la Vida.

Keter 1 + Tiferet  6 + Yesod  9 + Maljut 10 = 26

Igualmente, las palabras esencia, sustancia, existencia y ser, en hebreo comparten el mismo valor numérico. Precisamente en el versículo 26 del Capítulo 1 de Bereshit  (Génesis 1:26) donde se cita la creación del hombre:

“…Hagamos al hombre a nuestra imagen, nuestra semejanza, para que tenga dominio sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo y sobre todo animal que se mueve sobre la tierra”.

Ha Kadosh Baruj Hu, escribió su nombre en nuestro ADN, en nuestro código genético, como un gran artista que firma su obra maestra al terminarla; no podemos negar su existencia pues su sustancia está en nuestro interior, en cada cosa que nos rodea.

¿Cómo se implanta esto en el hilo rojo?

La palabra Yud Hei Vav Hei, tiene una connotación tanto en el Árbol de la Vida como en el ser humano y lo que hacemos es conformar en este código. Como ya mencioné antes, al atar el hilo rojo en nuestra mano y hacerle 7 nudos, equivalen y nos conectan en conciencia a las Sefirot del Árbol de la Vida.

Al atar la pulsera en la dirección que sea, siempre llevaremos inscrito el nombre de Dios en nuestra muñeca.

Los 7 Nudos y sus vueltas correspondientes nos lleva de Maljut a Binah, y luego la suma de los nudos dos veces, Yud Hei Vav Hei a Keter.

La duración del hilo en la muñeca puede variar; algunos Kabbalistas señalan que, si se rompe, porque en algún momento esto llega a suceder, quiere decir que el hilo ya ha absorbido demasiadas vibraciones negativas y cumplió su función. por lo que puedes optar por ponerte uno nuevo si así lo deseas.

Otros Kabbalistas opinan que lo ideal es ponerte uno cada luna nueva en Rosh Jodesh y al quitártelo quemarlo y tirarlo.  Pues cada ciclo lunar tiene su propia energía, por ejemplo; Iyar (disciplina), Sivan (espiritualidad), Tamuz (salud) y así nosotros debemos empezar con una nueva consciencia cada inicio de mes.

El Zohar también nos dice que las epidemias son provocadas por el mal de ojo.

Creo que al tener presente esto podemos contribuir al inconsciente colectivo y de esta manera aportar mucho para provocar un cambio de conciencia a nivel global tan necesitada en estos tiempos.

A continuación, encontrarás las dos oraciones, para colocar tu hilo y puedas usar esta herramienta poderosa. El hilo debe ser de lana «natural» teñido de rojo; nada sintético o de fibras plásticas, para que sea efectivo.

Recuerda una mirada llena de resentimiento y la envidia, tuya o de otra persona realmente puede matar a nivel espiritual o incluso físico.

Así que cuando estés haciendo cola en algún banco, conectado en un live, en un elevador o atorado en el tráfico, echa una mirada a tu alrededor. ¿Estás recibiendo mal de ojo, o tal vez, no lo notaste y lo estás lanzando tu? Quizás es el momento de protegerte atando un hilo rojo a tu mano izquierda y comprometerte contigo mismo a ser consciente de la forma en que utilizas tu mirada y recibes la mirada de otros.

Traducción al español:
Un ramal pleno es José, un ramal pleno por el poso, y esas ramas corrieron sobre la pared. El ángel que me rescata de todo mal bendecirá a los pequeños, y que mi nombre y el nombre de mis padres, Abraham e Isaac, será llamado hacia ellos. Y los dejara crecer en multitud entre la tierra.

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