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Mi Cuarto; mi dormitorio y mi refugio

Un hogar por lo general se va construyendo con mucho amor, delicadeza y atención. Y uno de los espacios más íntimos y especiales de todos, es nuestro cuarto o dormitorio. Solo algunas personas tienen acceso allí, pero sobre todo tú eres quien siempre descansa, reflexiona, ríe y manifiesta miles de pensamientos y sentimientos en ese lugar íntimo y privado. Nuestras experiencias más cambiantes ocurren en ese espacio. Muchos de nosotros lloramos allí, hacemos el amor, rezamos e incluso podemos morir allí. El dormitorio es el hogar de nuestras oraciones y sueños, nuestra soledad y sexualidad. Es por lo general donde los secretos y la espiritualidad se funden y nos despojamos de las máscaras que usamos en nuestra vida pública.

Existe un vínculo entre lo que hacemos en ese espacio y la armonía o desarmonía que podemos provocar en nuestras vidas. Si encontramos en nuestra habitación su simbolismo oculto, podemos comenzar a sanar la mayor parte de nuestra confusión acerca de la vida, el amor y nuestra propia identidad.

Descubrir el potencial de lo sagrado en nuestros dormitorios nos puede ayudar en todos los demás aspectos de nuestras vidas, porque si usamos correctamente su energía podemos conocer lo que nos conviene y crear un dormitorio en el que podamos fortalecer nuestra vida espiritual.

El orden es un factor que tarde o temprano debería llegar a nuestras vidas, debido a que estimula un estilo de vida más sano y preserva el bienestar de cada uno de nosotros. El orden tiende a verse reflejado no solo en el entorno físico de una persona, sino también en sus decisiones y forma de ser.

Así como existen excusas para no preservar el orden a nuestro alrededor, existen también beneficios que argumentan las razones por las que deberíamos comenzar o continuar con este hábito.

Está comprobado que el orden invita a la calma y que el caos es sinónimo de estrés. ¿Te gustaría tener un dormitorio relajado y desestresante? ¡Para ello, te comparto cinco tips para mantener tu cuarto en orden!

  1. Empieza bien tu día: Al despertar trata de iniciar con buenos pensamientos para enfrentar los desafíos que tengas. La mentalidad con la que inicias tu mañana es determinante. Ayúdate con las herramientas que sean afines a tu espíritu. Puedes empezar el día con una meditación o con una reflexión sobre el agradecimiento, leyendo un libro motivacional, pueden ser versículos bíblicos; algo con lo que sientas conexión con ese poder superior llamado Dios o Universo.
  1. Haz la cama. Tener la cama tendida, aunque todo lo demás esté “desordenado”, es la marca inicial para empezar a ordenar todo lo demás. Te recomiendo ventilar la habitación, sacudir bien las sábanas, y rociarles perfume, para que luego al acostarte, te envuelva ese aroma agradable. ¡Los pequeños detalles son todo! A veces minimizamos algunos gastos como comprar unas buenas sábanas de calidad y un edredón. Si piensas bien cuántas horas al día pasas en ese espacio y los beneficios que el buen descanso te dan; darte el gusto de dormir todas las noches como en un cuarto de hotel de cinco estrellas vale la pena.
  1. Evita las “bolas de nieve”: El caos no perdona; cuando pones ropa sobre la cama y dices “después la guardo”, empezarán a acumularse como bola de nieve, y es el principio del desorden. Lo que podría llevarte un minuto, luego son diez minutos, y la escala sigue subiendo. Si debes probarte varias prendas porque estás indeciso, respira y piensa en su combinación, luego que ya estés decidido en lo que usarás, guarda lo que no. Un tip es la noche previa alistar tu ropa y dejarla lista para el día siguiente, en calma podrás observar que es lo que más te conviene y ahorras tiempo y estrés innecesario.
  1. Mantén las superficies despejadas: Puedes optar por pequeños contenedores o canastas para mantener, dividir y ordenar tus cosas. Y usar uno para los “objetos fuera de lugar” que pertenecen a otras habitaciones. La idea es que en breve, tú o alguien más puedan llevarlo a su lugar.  Dedica diez minutos de limpieza: Escoge algo para hacer cada día que no te lleve más de ese tiempo barrer, pasar la aspiradora, o limpiar los muebles y no lo pienses: solo hazlo. Al realizarlo puedes apoyarte escuchando algunos mantras, podcasts, ni sentirás el tiempo. Es una forma de meditación activa que he empleado mucho en mi vida y lo que consideraba tedioso que era el oficio, ahora lo veo como un tiempo de calidad para mi.
  1.  Ordena algo cada vez que entres en tu dormitorio. Este hábito te permitirá poco a poco a que todo permanezca en su lugar. Por ejemplo vasos, tazas, ropa o zapatos, los puedes ir tomando y dejándolos en su lugar. No te tomará más de cinco minutos.

Irte a dormir luego de un largo día, debería producir placer, plenitud y no una sensación de agobio que te impida conciliar el sueño. Y hacer de estos pasos una rutina diaria sumará mucho a tu vida. Por eso, ahora quiero compartirte tres beneficios que te dara tener tu cuarto en orden:

  1. Estética. Tender la cama, tener la ropa guardada y en su lugar, usar fragancias que destacan el ambiente y tener despejadas las superficies, contribuyen al orden. Esto como resultado nos da una hermosa habitación. Menos es más.
  1. Limpieza. Un ambiente limpio, es un ambiente sano. Si cada objeto tiene su lugar, y logramos mantenerlos en orden, la limpieza no será una tarea titánica cada sábado o el día que sueles tener destinado para ello. Limpiar nuestro cuarto es mucho más fácil si la ropa está guardada, la cama tendida, y las superficies despejadas. Miralo como una ganancia; más tiempo que puedes utilizar para realizar cualquier otra actividad.
  1. Organización. Una vez que logras que cada elemento tenga su espacio, lo siguiente es mantenerlo. Si compartes el espacio, lo mejor es rotular las cajas o contenedores donde guardaste y ordenaste las cosas. Así no te volverás loco buscando algo que no usas a diario y con quién compartes espacio tampoco desordenara por querer encontrar algo. La mente a veces decide recordar lo que es o no importante, sin que tú conscientemente hayas decido hacerlo.

Existen además beneficios psicológicos de mantener tu habitación en orden, por ejemplo:

  • Serenidad. No hay nada más lindo que, luego de un día agotador, llegar y acostarse en la cama, con sábanas limpias y en una habitación ordenada. De lo contrario lo que obtendrás será estrés al ver tanto caos, y la única solución ante el cansancio será apagar la luz y dejar todo como está. Al otro día al levantarte y ver el desorden será tu saludo de buenos días. Eso se puede revertir al 100%, pero requiere de disciplina y perseverancia para lograrlo. Recuerda que los beneficios que te da el orden son mayores.
  • Claridad de ideas. Cuanto más ordenada esté tu habitación, más orden habrá en tu mente. El desorden distrae y provoca estrés, porque nuestra manera de vivir refleja nuestra manera de ser. He observado que mi creatividad no fluye en el desorden, y quizás la tuya tampoco pero si no te das el chance de ver la diferencia no podrás apreciarlo.
  • Efectividad en el manejo del tiempo. Cuando tu habitación está en orden, tanto al acostarte como al levantarte, tendrás buenos pensamientos y sentimientos, te dará paz y motivación para arrancar el día. Eso te brindará un mejor manejo del tiempo, de los quehaceres, de los pendientes, y demás. Cuando planificas, te organizas, y mantienes el orden, todo lo demás se va resolviendo, cayendo sobre su propio peso. Cuentas con mayor capacidad de aprovechar el tiempo. Usemos con inteligencia nuestros mejores momentos.

Sin embargo, a veces podemos quedar presos de las excusas que usamos para seguir viviendo en el desorden. ¿Qué excusas tienes? Cierra los ojos y respira tres veces, Ahora… ¿Puedes identificar qué es? Si crees que la negación te está ganando la batalla, te comparto algunas excusas tal vez te identifiques con alguna y puedas salir de ese loop.

  • ”No tengo tiempo de ordenar”: Esta es la más usada. ¡Todos tenemos la misma cantidad de tiempo al día! Por supuesto, diferentes horarios de trabajo y actividades. Pero hay opciones y tú decides: ordenar a diario, o hacer maratones de orden los fines de semana. La procrastinación no es un buen hábito.
  • ”No tengo dinero para ponerme a gastar en contenedores o canastas para organizar”: Como si el orden dependiera de comprar más cosas. ¡Al contrario! El orden empieza cuando decides sacar elementos de tu vida, elegir qué se queda y qué se va, sin necesidad de salir a comprar nada más. Si necesitas organizadores inicialmente las cajas de zapatos pueden servir, un lindo papel para forrarlas y tendrás unas cajas hermosas,
  •  ”Ya soy demasiado grande como para ponerme hacer eso”: Por lo general viene de personas que se sienten “muy grandes” para todo, incluso para ser felices, quieren más de la vida, pero no están dispuestas a hacer pequeños sacrificios para lograr sus metas. Todo cambio trae sacrificios e incomodidad al inicio. Pero debemos ver a largo plazo lo que sí obtendremos.

Es por eso que no basta solo aprender técnicas, sino de que realmente quieras ordenar tu vida desde adentro hacia afuera, sin presiones y a tu ritmo. Te aseguro que si es posible.

¡Puedes vivir en un dormitorio soñado sin gastar una fortuna, solo… manteniendo el orden!

Con amor,

Jennifer Kelly.

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